Dentro de las tierras de Sulkyung, una tétrica región que se alza al este de Hwangcheon, nacen y crecen los humanos. Muy diferentes a los humanos de Asu, la oscuridad del entorno y el odio de su corazón los hicieron seres mucho más lúgubres.
Al crecer, cada humano escoge su rumbo, algunos arqueros, otros guerreros… no importa que destino seleccionen, todos deben, sin excepción, firmar el contrato de hierro, el cual indica que cada humano se entrega en cuerpo y alma a Heuk, el Dios de la muerte. Al firmar este contrato, los aprendices humanos de Hwangcheon se entrenan en Saha, una ciudad de Sulkyung.
Las clases sociales determinan mucho en la vida de los estos humanos, tanto que muchos de ellos deciden desafíar la prueba de Heuk, con la esperanza de mejorar su clase social. El duro trabajo que esta conlleva hace que muchos de ellos desistan muy pronto. Aquellos desertores comenzaron a observar con recelo los cambios abrumadores de la región, y se alzaron en contra de esta, liderados por Biwol.
Con el pasar del tiempo, estos rebeldes comenzaron a comprender que el camino seleccionado no era viable. Las expectativas de estos pobres humanos fueron destrozadas en la batalla y, junto con su líder, comenzaron a huir en multitudes. Cansados de tanto huir, se refugiaron en unas grandes cuevas cercanas al poder de los Eight Trigrams.
Al crecer, cada humano escoge su rumbo, algunos arqueros, otros guerreros… no importa que destino seleccionen, todos deben, sin excepción, firmar el contrato de hierro, el cual indica que cada humano se entrega en cuerpo y alma a Heuk, el Dios de la muerte. Al firmar este contrato, los aprendices humanos de Hwangcheon se entrenan en Saha, una ciudad de Sulkyung.
Las clases sociales determinan mucho en la vida de los estos humanos, tanto que muchos de ellos deciden desafíar la prueba de Heuk, con la esperanza de mejorar su clase social. El duro trabajo que esta conlleva hace que muchos de ellos desistan muy pronto. Aquellos desertores comenzaron a observar con recelo los cambios abrumadores de la región, y se alzaron en contra de esta, liderados por Biwol.
Con el pasar del tiempo, estos rebeldes comenzaron a comprender que el camino seleccionado no era viable. Las expectativas de estos pobres humanos fueron destrozadas en la batalla y, junto con su líder, comenzaron a huir en multitudes. Cansados de tanto huir, se refugiaron en unas grandes cuevas cercanas al poder de los Eight Trigrams.